No podía ser de otra manera, parece que este verano la estrella es 7 lagunas. Yo es la primera vez que iba, pero por lo que dicen los conocedores de la zona este año está más bonita que nunca y yo no voy a ser quien les lleve la contraria.
Esta vez también fuí muy bien acompañado por Kike y Yiye o Yiye y Kike, más conocidos como Zipi y Zape, si no sabes quienes son no sabes lo que te pierdes...
A las cinco de la tarde (la hora más fresquita en la Alpujarra granaína) salíamos del barrio medio del famoso pueblo de Trevelez.
Como somos gente dura y esa caló nos parecía poca cosa decidimos meternos entre pecho y espalda un buen bocata de jamón con tomate (llamese Alpujarra´s power bar) que nos dio más sed todavía, menos mal que llenamos las Kamelbacks de agua fresquita de la fuente.
Y cargadicos como acémilas fuimos remontando el valle del Trevélez bajo un sol que nos hizo sudar de lo lindo.
Menos mal que ya avanzada la tarde incluso se nos metió una niebla que nos vino de maravilla y además le dió ambientillo al paisaje.
Hasta que una vez que llegamos al Vertedero pudimos ver al fondo las Chorreras Negras y la belleza del paisaje y la proximidad del destino nos infundió nuevas energías para terminar la jornada.
Fue justo junto a estas chorreras donde encontramos un lugar perfecto para nuestro vivac, un sitio llano, limpio y con unas excelentes vistas, y si no que se lo pregunten a Kike que le sacó un gran partido a su cámara.
A la mañana siguiente, nuestro aspecto refleja que ninguno de los tres pudo descansar mucho con ese pedazo de luna llena que dominó el cielo hasta más de las tres de la madrugada...
Una vez rebasadas las chorreras entras en una meseta donde se situan las 7 lagunas en cuestion y donde con un desnivel de unos 100 metros pasas de la primavera-verano de la laguna hondera...
... al invierno de la laguna altera...
Pero como en la vida, lo importante es seguir caminando para ir al encuentro de todas las cosas que nos esperan...
... y este dia fueron muchas, para empezar el Peñón del globo.
Continuando por el Puntal de la Cornisa.
Y como guinda del pastel... la dama de Sierra Nevada, La Alcazaba.
Donde mires para donde mires las vistas no dejan indiferente a nadie.
Y de ahí para abajo, pero eso si, por otro sitio diferente, que La Sierra es muy grande y tiene mucho que ofrecer a quien quiera andar un poquillo. En esta ocasión elejimos bajar por la ladera sur hasta la piedra del yunque y allí parar a comer algo...
... ese algo fué una pechá de queso y salchichón con que el amigo Yiye nos obsequió (gracias máquina, no veas que rico que estaba).
Y ya con las pilas puestas solo nos quedaba pensar en la vuelta hasta Trevelez, despidiendonos de La Sierra mientras no parabamos de cruzar praderas bañadas por un sin fin de rios, arroyos y regueros que alegraban el camino con el sonido de sus aguas.
Gracias chicos por el fin de semana, me iría con vosotros a cualquier parte, incluso a Ecuadoooorr.
