lunes, 18 de noviembre de 2013

Überlinger See Radtour


Distancia: 60 Km
Tiempo: 3 h 34'
Altitud máxima: 552 m
Altitud mínima: 374 m
Desnivel positivo acumulado: 375 m
Dificultad técnica: Fácil
Track: Wikiloc

Antes de venirme a vivir a Konstanz ya me habían hablado de la vuelta al lago en bici, lo que aquí se conoce como Bodensee Radtour. El lago se subdivide en el Obersee, que es la parte más grande con unos 150 Kms de perímetro, el Untersee, con unos 70 y el Überlinger See con unos 60. Hay quien lo hace en 3 o 4 días y hay quien lo hace en menos de 24 horas. Hay gente para todo. 

Como yo no soy un gran ciclista ni me caracterizo por mi poderío físico pues elegí para empezar hacer solo uno de los tramos, el más corto.

Lo primero de todo es cruzar el lago para llegar hasta Meersburg, el precioso pueblo donde te deja el Ferry que sale justo desde al lado de mi casa.


Nada más salir del Ferry hay que girar a la izquierda para seguir la orilla del lago en dirección noroeste y claro, yo seguí recto en dirección sureste. 
Una vez subsanado este pequeño lapsus empecé a disfrutar de las vista que ofrece esta agradable y fácil ruta.


Cruzando pequeñas urbanizaciones de casitas junto al lago. 


Cada una con su puerto. Claro, aquí parece que regalen los veleros.


El paisaje que voy encontrando es de lo más variado, a un lado el gran lago con sus patos y sus cisnes...


... y al otro lado grandes viñedos que parecen campos de flores.



Así me pasé la primera hora casi entera, haciendo fotos a todos los lados, porque todo lo que veía me gustaba.


Si hasta estrené la función de foto panorámica que tiene el móvil y que yo no sabía que existía.


En algunos momentos el camino se metía por el bosque, y eso también me gustó, por lo de variar, ya sabes...


El único pero es que hacía una rasca soberana, con 4 grados de máxima en todo el día iba pelándome de frío. Nada que un montañero curtido en mil batallas no pueda soportar... eso un montañero de verdad, yo iba helaíco. :-)


Luego el camino vuelve a salir junto al lago y durante un rato va pegado a la via del tren.


En el pequeño pueblo de Sipplingen empezó a chispear un poco, llevaba unos 25 Km y estaba casi casi en el punto más alejado del recorrido, lo mismo me iba a dar seguir adelante que volverme.


Pero viendo que la cosa no empeoraba y que todo lo que estaba viendo me estaba gustando mucho  pensé que lo suyo era seguir y si me caía la del oso pues ya tendría tiempo de llamar a Natalia para que me recogiera.


Un poco después se llega al extremo norte del lago, donde este se convierte en marisma.


Y donde la ruta se adentra en el interior durante unos pocos kilómetros, cambiando totalmente el paisaje.


Todo increíblemente verde y cuidado.


Un sitio precioso por donde yo seguía pelándome de frío.


Pero no pasa nada, el paisaje bien merecía la pena.


Hasta que tras subir a una colina...


... volví a ver el lago al otro lado.


Ya solo me quedaban unos 15 km por unos carriles bastante cómodos y llanos.




Hasta llegar a la Mainau Insel, la isla-jardín botánico que está a tan solo 5 Km de mi casa, a la que me traigo a Naila cada vez que puedo.


Desde aquí el camino ya lo conozco, una pista flanqueada por dos grandes hileras de Ácer Hispánica.



Hasta llegar a las primeras casas de Konstanz.


No sin antes pasar por al lado de la fábrica de cervezas Ruppaner que me dio una idea sobre que sería lo primero que haría cuando llegara a casa. Si es que estos alemanes saben mucho de cerveza.