jueves, 27 de julio de 2017

Wageten 1.755m (T4, III)


Distancia: 11,92 Km
Tiempo: 3h 47'
Altitud máxima: 1.755 m
Altitud mínima: 1.215 m
Desnivel positivo acumulado: 1.243 m
Dificultad técnica: T4, III
Track: Wikiloc

Con la moral por las nubes tras la última salida a la montaña decidí plantearme un reto más complicado. La arista que une el Wageten con el Brüggler y el Chöpfenberg que cuenta con una dificultad de T5+, III.

Así que poco antes de las seis y media de la mañana me ponía en marcha desde Schwändital.


Desde donde una pista forestal me conduce durante unos tres kilómetros y medio aproximadamente hasta el comienzo de las dificultades. 


Pasando por Stattboden, desde donde pueden contemplarse las paredes sur del Brüggler a la derecha y del Chöpfenberg a la izquierda.


Y justo frente a ellas, a mi espalda, la fantástica y por el momento para mi inalcanzable cara norte de la Rautispitz.


Llegado al kilómetro 4 del recorrido, el track que estaba siguiendo me hacía cruzar por mitad de una ladera muy empinada llena de arbustos por donde no se veía ningún camino y por hacerle caso me puse las piernas bonicas de arañazos y solté por la boca todo tipo de blasfemias que no creo necesario reproducir en esta crónica. Y todo eso para después y desde arriba darme cuenta que si hubiera seguido unos 300 metros más adelante, habría llegado al mismo punto pero por un senderito mucho más cómodo.


Un poco más adelante, me encuentro delante de un muro de unos 7 metros de altura y grado IIIº ...


... que se supera sin mayores complicaciones para acceder a la arista superior y ver por fin la cruz que marca la primera de las cimas de hoy.


A la que consigo llegar después de pelearme un rato con las ramas y las agujas de los pinos que crecen por allí y que complican y mucho el avance. Y todo esto solo para darme cuenta de que la cima no era esa, si no que solo es una cima secundaria adornada con una cruz y que tengo que retroceder por donde tanto trabajo me ha costado pasar para volver a bajar y unos pocos metros más adelante encontrar un camino mucho más fácil y con una cadena para proteger los pasos más delicados que me lleva, esta vez si, hasta la cima del Wageten.


Desde donde hacia el este se disfruta de las vistas sobre el Walensee.


Y hacia el oeste de la arista que tengo pensado recorrer, con el Brüggler primero, un poquito a la izquierda y el Chöpfenberg al fondo del todo.


Me bajo de la cima y continuo por el camino marcado, muy pegadito a la pared sur.


Hasta llegar al collado donde empieza la ascensión al Brüggler, y creerme de verdad cuando digo que busqué y rebusqué la forma de pasarme al la ladera sur por donde se supone que se tiene acceso a la arista y no encontré nada de nada.


Resignado decidí olvidarme del track y seguir por la ladera norte con la esperanza de poder acceder desde algún punto a la ansiada arista, pero durante mucho rato lo único que podía ver era un muro enorme de unos 200m con muchas posibilidades para la escalada deportiva pero desde luego no para el senderismo por muy T5+ que sea.


Eso si, me lo apunto por si alguna vez retomo la escalada como tal, porque tenía pinta de ser muy entretenido.


Algo menos de dos kilómetros más adelante y tras superar una nueva trepada de IIº/IIIº vuelvo a la arista, no sin antes deleitarme con el panorama que desde allí ofrece el Bockmattli, unas agujas calcáreas cuya cima principal casi llega a los 2.000 m de altura y que son otro pequeño paraíso para la escalada tanto deportiva como clásica.


Cuando me dispongo a enfrentarme a lo que yo esperaba que iba a ser un recorrido rocoso me encuentro con esto.


La vegetación lo cubre prácticamente todo y se hace realmente penoso el avance. Por suerte en algunos puntos no está tan mal.


Hasta que llego a un punto donde no lo veo claro. Son solo un par de metros, pero no termino de verlo, y la caída sería de 20 o 30 metros.


Así que decido abandonar la arista y pasarme a la vertiente norte, muy inclinada y sin ningún camino marcado. Puedo ver la cumbre desde aquí. Al fondo del todo sobre ese resalte rocoso. Ni siquiera sé si se puede alcanzar desde este lado.


Estoy cansado y desmotivado. Decido darme la vuelta y al poco descubro que el camino a la cumbre del Brüggler es corto y fácil.


Ni siquiera para eso tengo ganas ya. La montaña me ha dado una lección de humildad. Me ha puesto en mi sitio. Es en lo único que pienso mientras bajo por este precioso valle en dirección al coche.


Lo que está claro es que no se puede vivir de los éxitos del pasado y que si quiero seguir progresando el único camino es el entrenamiento y una buena plantificación de la actividad. 

Volveré.

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